Todos los días quiero ir a buscarte. Por las mañanas, antes de abrir los ojos, preparo el plan de ataque. Siempre empiezo con una escalera larga, muy larga. Tiene barandilla y va repleta de lilas a un lado y a otro. Lilas de esas que te encantaban, las que te traían a casa, en ramos gigantescos, de imposible tamaño. Lilas para recibirte con los honores que merece la ocasión. Mi plan es subir todos esos cientos de escalones de una tacada, sé que no hay cansancio cuando el objetivo es tan deseado. Llego allí, veo a Steve Jobs actualizando las Tablas de Moisés. Y empiezo a buscarte nube tras nube. Y siempre son infinitas. Hay mucha gente. Ahí empiezo a agobiarme, pues caigo en la cuenta: eres igual de terca y dura que siempre y no quieres volver. Sé que prefieres vigilarme desde ahí, donde está el poder, dónde tienes todas las armas a tu alcance. Y no quieres que yo gane tan simplemente. Primero hay que luchar para ganarse el cielo... como si te oyera. Pero qué madre más sargento tengo. No me regañes por ir a buscarte a menudo. Te echo de menos en tantas ocasiones...
Bienvenido al reino del violeta y la lavanda... deja tus prejuicios y pasa... sin miedo...
martes, 18 de octubre de 2011
Y ahora, a mi madre.
Todos los días quiero ir a buscarte. Por las mañanas, antes de abrir los ojos, preparo el plan de ataque. Siempre empiezo con una escalera larga, muy larga. Tiene barandilla y va repleta de lilas a un lado y a otro. Lilas de esas que te encantaban, las que te traían a casa, en ramos gigantescos, de imposible tamaño. Lilas para recibirte con los honores que merece la ocasión. Mi plan es subir todos esos cientos de escalones de una tacada, sé que no hay cansancio cuando el objetivo es tan deseado. Llego allí, veo a Steve Jobs actualizando las Tablas de Moisés. Y empiezo a buscarte nube tras nube. Y siempre son infinitas. Hay mucha gente. Ahí empiezo a agobiarme, pues caigo en la cuenta: eres igual de terca y dura que siempre y no quieres volver. Sé que prefieres vigilarme desde ahí, donde está el poder, dónde tienes todas las armas a tu alcance. Y no quieres que yo gane tan simplemente. Primero hay que luchar para ganarse el cielo... como si te oyera. Pero qué madre más sargento tengo. No me regañes por ir a buscarte a menudo. Te echo de menos en tantas ocasiones...
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Preciosa entrada, enhorabuena ;-).
ResponderEliminarPrecioso!!
ResponderEliminarQue orgullosa tiene que estar de ti :) precioso!
ResponderEliminarSois todos los mejores. Gracias por estar conmigo. :-)))
ResponderEliminarqué bonito, Elena, cuántas cosas entre esos renglones, gracias por seguir compartiendo.
ResponderEliminarGracias por este precioso mensaje.
ResponderEliminarEn el 95 se me fue a mi.
Transmites mucho,
Enhorabuena
Precioso me encanto! como te pareces a ella, seguro que lo sabes...tu fuerza , tu conviccion, tu amor a Dios...Muchos besos, Gabi
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