martes, 31 de mayo de 2011

Cambios que dan vértigo.


El otoño simboliza cambios
insospechados, nunca calculados
El destino que Dios traza 
Imprevisible mañana
Imperturbables se mantienen los valores
Aquellos cazados en la infancia
Impregnados en el corazón
Como un arma de pervivencia
Benditos sean mis padres
Que me enseñaron dónde estaba el eje sobre el que todo gira
Mientras, las hojas revolotean alrededor, sin sentido
Los cambios que me dan vértigo son éstos
Giran despiadadamente
Y casi no veo el eje
Ayudadme...



domingo, 29 de mayo de 2011

De cabeza de estirpe.

Por Dios que yo no quería. Se fue el último y me quedé de cabeza de estirpe.
No sé bien porqué cada vez que empiezo a vivir la vida alguien viene a recordarme la muerte. Esa doña malvada y contundente, más fea que fea.
Me encontré con la primera muerte implacable a los 29 años y, desde entonces, parece que ha empezado una carrera de obstáculos en la que ponen a prueba mi resistencia, fe y alegría.
La buena nueva es que ya no me aterrorizo ante ELLA. Odio con cordialidad manifiesta los tanatorios, los féretros, los pésames; pero me resultan tan cotidianos como el cine.
Se ha ido el último de mi familia paterna. Era tan bondadoso o más que mi padre. Los dos bien apuestos, encantadores, con un sello inimitable. Bien sé que nunca podré igualarles, aunque sí soy consciente de que el pasaporte de su apellido hace que me miren bien.
Adiós, tío Luis, me alegro que ya no tengas que sufrir. Cuida mucho de tu hermano pequeño, por favor. Ahora puedo besarte imaginariamente a placer, antes no te dejabas...
Ya he redactado tu esquela, complicada, pero lleva mucho cariño.


jueves, 26 de mayo de 2011

Ese momento sublime.

He decidido ir a urgencias. Tres de la madrugada. Básicamente porque me estoy ahogando en la tos alérgica que no se va nunca. Tercera noche sin dormir y un tirón en la zona costillar lateral. Y llega ese momento sublime ante el propio de la ventanilla:
¿Su tarjeta, por favor?
¿Qué le ocurre?
-En cinco palabras, cual indio, se lo explico.- Esto no da para más.
¿Nombre?
Se lo digo de corrido, sin problemas
¿Edad? (Radio-oyentes, ya he tosido dos veces, me he agarrado las costillas, me he limpiado las lágrimas que caen insultantemente por mis blanquisísimas mejillas)
Y empiezo a calcular la edad, sí. Entre la tos, la memoria y las horas en que estamos, cuesta...
-¡43!
¿Domicilio?
Contesto rapidito.
¿Un teléfono de contacto?
...
Y, entonces, pienso seriamente en la infra-utilidad que tiene dar una tarjeta sanitaria que no se puede cotejar con los datos del ordenador... ¿Para qué sirve internet? ¿Y las bases de datos? ¿Estábamos en el Día Nacional del Boli BIC?

Al final, salgo del establecimiento tercermundista (me refiero únicamente al garito de recepción de urgencias, el hospital es estupendo) con un bendito chute de urbasón para pasar a cantar con conocimiento de causa aquello de "Soy la Reina de los Mares...."

domingo, 22 de mayo de 2011

Ese maravilloso derecho

Pues sí, señores, he ido a votar. A ejercer ese maravilloso derecho que nos legó la democracia. Aunque mi voto cuente tan poquísimo.
Es más, he ido a votar y me he acordado de mi madre. De lo orgullosa que iba a votar en cada elección, junto a su marido, que votaba a partido distinto y al que admiraba, por encima de todo. Y no puedo dejar de tener la sensación de que votar es un derecho y un privilegio. Y que los partidos políticos con experiencia, con historia, son los que quiero que me gobiernen. Hemos salido del estigma de país subdesarrollado y eso hay que mantenerlo, por encima de todo. Hasta somos el quinto país europeo.
He votado, he sentido la tristeza de no tener madre, y me he sentido responsable del sostenimiento de España.

Para qué quiero más, presidía la mesa electoral un amigo mío que me ha dado dos besos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Nunca me olvidaré de la tos.

Hacía mucho tiempo que tendría que haber empezado este blog. Es una deuda conmigo misma. Comienzo tosiendo, alérgica perdida en esta estupenda primavera, llena de gramíneas y agentes invasivos muy variopintos. Suelo mezclar, para pasmo de algunos, profundidades selectas con pinceladas de humor estrafalario que mis antepasados me pegaron al consciente diciéndome: "Elena... este humor es un tesoro que te permitirá sortear todo tipo de situaciones, guárdalo, pasa a ser singularmente tuyo" Y yo les contesté: "Gracias, pero sabed que sois unos perros, os habéis ido demasiado pronto de aquí". Y creo que se rieron. Desde otro lugar las cosas deben verse muy claras.