domingo, 23 de octubre de 2011

Alguien que me hubiera avisado.



Los momentos que marcan una vida no se avisan. Habrá indicios, huellas, sensaciones, motivos, pero los momentos que verdaderamente marcan una existencia son repentinos. Y el susto puede ser bastante estresante. Además de estresante, diría que injusto. La mente trabaja de pronto a velocidades insospechadas, tratando de mil maneras ubicar lo que ve en su estructura vital, dándole forma, sabor, olor o magnitud. Procurando acompasar los latidos de ese corazón que se ha vuelto por momentos independiente del cuerpo, y que funciona desbocado, sin visos de volver a su lugar. Gestionando el sudor, unas veces frío, otras ardiente. Guardar las manos donde se pueda, mirar al infinito. No creer lo que se ve. Junto a todo este proceso, al mismo tiempo, se jura en arameo. Nadie avisó del evento. Nadie advirtió. No hay caparazón, ni escudo mínimamente apropiado.

Puedo recordar nítidamente la muerte repentina de mi madre. Alguien quiso que estuviera conmigo, bien pegadita a mí, para que fuera testigo de excepción de cómo una vida se va en 10 segundos y hay que reconstruir lo que queda en el mundo de los vivos, así, sin más, sin piedad. He sentido esto mismo al ver lo que transcurría desde el accidente de Simoncelli hasta que han anunciado su fallecimiento esta mañana.

También hay momentos que marcan una vida para bien. Ayer conocí a una persona que modificó, en un "plis plas", mis esquemas vitales básicos. Así, sin piedad.





9 comentarios:

  1. Música de violines recorre mi espalda. Hay deleite en el interior de tu alma.

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  2. A la velocidad de la luz ha llegado el mensaje. Los violines son así de finos.

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  3. Uffff, Elena, es tremendo ver como un suceso aparentemente ajeno a nosotros nos devuelve a uno personalísimo. Tu madre también fue testigo de que estuviste con ella, consolador y conmovedor.

    ¿Habrá segunda parte de ese "plis plas"?

    Excelente post, Elena!

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  4. Sonia dijo... no me identifico para que se quiebre la cabeza pensando quién soy... ten piedad de mí! Enseña la patita por debajo de la puerta...

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  5. Es una patita seguidora reciente de tu blog que lleva las iniciales WZ en la pezuña...;-)

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  6. Vive Dios que ya sé quien eres! al fin! Deberías firmar con una M. :-))))

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  7. Mi querida Elena: así es la vida de imprevista, y cuanto más queremos controlar, más nos impone su realidad. "El hombre propone y Dios dispone"

    Ese plis plas sin piedad es otras de las cosas imprevistas de la vida que merecen la pena.

    Un besazo

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