viernes, 30 de septiembre de 2011

Sólo parece un galimatías, pero no lo es.

En mis momentos más bajos, aparece @gasolinero y se interesa por mí. "Te veo más apagada", me dice. Esa simple pregunta ya me reconforta. Minutos más tarde, @AlaDelta_ me responde con tres palabras cariñosas, no son necesarias más, ella es redonda. Me interroga @Avisnigra67, siempre lo hace, y me siento mejor. Un piropazo de @Simpliciuss y aparece una sonrisa enorme en mi rostro. Manos a la obra pone @Embrujada4, tan elegante, sus palabras son tan para bien siempre que empiezo a entonarme. Mi querida @Laeme me cuenta la telenovela en teletipo, y me hace sentirme en casa. Un mimo de @bettlejuices y una palabra bien puesta de @dabecas y el mundo empieza a tener otro color. Una chorrada certera de boca de @MartaJimeno y las preciosas fotos de @Mara_BC y @HollyCorie terminan de dar la pincelada de bienestar que necesito. Dos apreciaciones de @goloviarte y la sonrisa parece transformarse en risotada. Para experimentar algo parecido, amigos mios, a Twitter.
¡¡¡   :-))))  !!!

jueves, 29 de septiembre de 2011

El gran objetivo.

Encontré un objetivo.
Un objetivo que merecía la pena.
Y lo sopesé.
Pros y contras, medios, ganas.
Pasos a dar.
Tiempo.
Lo ví asequible.
Para otros pudiera parecer todo un mundo, pero para mí era medianamente fácil.
Y me puse manos a la obra. Estoy a medio camino y puedo seguir con ello, tarde o temprano lo lograré, estoy convencida. Ahora es sólo cuestión de tiempo y de perseverar.
Creo que no hay nada tan estimulante y anti-depresivo en esta vida como un objetivo. Especialmente, cuando los pasos a dar hasta alcanzarlo son medibles desde el principio. Y se le añade ilusión, se mezcla con el tesón propio, dos tazas de alegría, una y media de empuje; y a ello, ¡al tajo!
Tengo otros objetivos, claro...
Que no se engañe nadie, el ser humano tiene muchos objetivos al tiempo, grandes y pequeños, en su ejecución es dónde encauza su vida, su salud mental.
Hacer, avanzar, caminar, mejorar, desarrollarse. Moverse en alguna dirección.
No soy una clara candidata a la depresión. Y no será por falta de desgracias.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

El wenrolling: casos prácticos y aplicaciones

Practicar y ejercer el #wenrolling no es tarea fácil, en absoluto. Hay que sonreir, como primera medida. Así, bien de mañana. Y antes de la ducha y el café, que nadie haga trampas.


El siguiente paso es contestar bien a quien te hable, con alegría. Ello significa apartar de la mente cualquier género de pensamiento que se aproxime a "¡No me jodas que hoy hace un buen día, porque no lo veo!" o similares.

El trayecto en coche por las mañanas es fundamental para la aplicación práctica del #wenrolling. Si el coche de delante va conducido por un lerdo, de esos que no cambia de carril ni te deja cambiar, tú sonríes. Si va lento porque tiene que mandar un mensaje por móvil, a seguir sonriendo. Si te quieres cagar en su padre y otros ancestros variados, te abstienes y sonríes. La vida es bella y todo se encauza por el #wenrolling.

Y cuando aterrizas en el trabajo y alguien, alguien... el más insospechado, un mindundi cualquiera te endosa mediante mail (invento del Diablo, vive Dios) un asuntillo con el membrete "ocúpate de esto, por favor", el #wenrolling amenaza con fenecer. ¡Pero no! ¡Todo por el #wenrolling! Estiras los brazos, haces una mueca parecida a una sonrisa y te pones manos a la obra, con amor...

La prueba de fuego se produce cuando, minutos después, ya eres consciente del alcance del "ocúpate de esto, por favor" y aparece el mindundi en cuestión a asegurarse personalmente de que te estás poniendo con el tema. Cuando el "vete a tomar viento" se convierte en una sonrisa junto con un alegre "ya estoy con ello, ¡descuida!", el #wenrolling ha triunfado.

¡¡¡¡¡¡  :-)))  !!!!!!!

martes, 27 de septiembre de 2011

La intimidad en las redes sociales.

Los tiempos vuelan y avanzan. Las redes sociales van a tirar por los suelos el concepto de privacidad. En ello están. Y creo que hacen bien, aunque el concepto no nos guste nada.
Lo veo con claridad, y sin bolita transparente.
Dentro de unos pocos años, cuando haya que contactar con alguien, no existirán las Páginas Amarillas, sino FacebookAgenda, o TwitterAgenda. Y los jóvenes de ese tiempo se preguntarán: ¿Cómo eran capaces nuestros padres de manejar semejante libraco amarillo y buscar en esa letra minúscula un nombre?
Dentro de los mismos pocos años, los recién casados enseñarán el viaje de novios en TweetPhotos, o en FacebookPhotos. Enviarán los archivos a cada uno de sus amigos por mail y cada receptor tendrá la oportunidad (oh!, por fin...)  de estudiarse las fotos con todos su píxeles o ni siquiera mirarlas.
Veo a todos mis amigos usuarios de Facebook afanarse en proteger su "intimidad en red", protestan, amenazan con irse, quieren cerrar las cuentas, se indignan.
Pues que no se vayan, que esto es el futuro. La base del desarrollo y de las comunicaciones.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Veinticuatro de 30. Duet for country moment. Wild Montana Skies.

Llegar allí.

Siempre soñaba con llegar a un lugar en que todo se desatara. Un cordel de sentimientos, recuerdos, sonrisas, alguna lágrima. Un sitio repleto de sensaciones. Ese paraje en que, de una sóla mirada, la mente es capaz de recopilar con exactitud un sinfín de vivencias, valores, anécdotas pequeñas y grandes que conforman el carácter y crean a las personas. Donde todo está recogido en un ramillete: las enseñanzas de un padre, la educación de una madre, la alegría de los abuelos, la familia en tropel aparentemente revuelta pero en una armonía insólita. El jolgorio y los momentos de llorar. Las horas de convivencia alrededor de una mesa redonda. Un torneo de mus. Una carrera. El escondite inglés.
Imaginaba siempre que sería un sitio inmenso, bonito, muy bonito. Cuando las personas que lo conforman son afines a uno, los sitios siempre son preciosos.
Allí donde la vista recorre un césped infinito que no termina ni en el horizonte, y el viento va susurrando a trompicones, zigzagueando entre álamos, olmos, encinas, robles, pinos, negrillos... La casa de piedra, de ventanales sobrios y vigas de madera estrepitosamente elegantes. Y todo increiblemente cuidado, con un orden adaptado a las idas y venidas propias de grandes familias. Allá donde caben todos y se amontonan formando un núcleo homogéneo.
Puedo ver con claridad, desde una de las ventanas del salón, a los pies, como honrando, una laguna enorme, de un color indefinido entre el verde y el negro. Su cauce caprichoso ha dejado en medio una isleta en donde habita un imponente sauce llorón. Los sauces tiene algo de magia, sonríen y lloran de alegría. Son aparatosos y, al mismo tiempo, discretos. En mi sueño, sus ramas ya rozan el agua y dan a la laguna un aspecto de señorío inmenso.
Toda mi vida quise poder ir a un lugar así.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Va de retro.


















Así de atónita me quedo cuando observo algunas cosas.

Porque, sí, señores:
Hay palabras que hieren.
Gestos que duelen aún sin alcanzarte.
Miradas que no llegan a asesinar por no tener medios adecuados para su propósito.
Ignorancia que se clava en el alma del perceptor cual cebo de pesca.
Insultos tan innecesarios como indolentes.
Agravios desorbitados.
Orgullos mal encauzados.
Callejones sin salida.
Discusiones buscadas de propósito.
Ensalzamiento de amistades ajenas.

Sabed que el Bien es la Ausencia de Mal. La Ausencia del Bien predestina la desaparición ¿de qué? de todo, puedo asegurar... Que desgraciado es el ser humano; comienza la mayor parte de sus acciones en negativo, cual presa que no encuentra un mañana.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

En este mundo raro, pequeño como una cajita de kleenex


RARO Films-Design me presenta en las Noticias de mi Facebook el nuevo vídeo que han hecho del último álbum de Los Secretos, "En este mundo raro". Todo es normal hasta ahí, pues la empresa RARO es de alguien cercano de mi familia. Confieso que las canciones de Los Secretos siempre me han gustado, con lo que abro el vídeo y me pongo los cascos para escuchar la canción, con un cierto interés. Si logran animarme un poco la mañana, mejor.
Con la inocencia de una primeriza, empiezo a escucharla al tiempo que miro de reojo la pantalla. La canción  me gusta, es muy de Los Secretos. Y, de repente... ¿Qué és eso? no... ¿Quién es ese que aparece ahí? De pié, muy serio... No puede ser... Rebobino digitalmente corriendo y vuelvo a mirar con mucha más atención. ¡Andá mi madre! ¡Si es mi tío...! Inconfundible, tan guapo, con esa planta, tan elegante. Vuelvo a poner el vídeo, ya tengo una sonrisa. Y descubro que enfrente de mi tío está un pequeñajo, al que también conozco. Ya me entra una cierta excitación. Conociendo al autor del video-clip, debe haber alguien más que conozca, seguro... 
Pues sí, tras unos minutos, encuentro dos personajes más de mi familia. Y mi sonrisa ya es inmensa. Encontrarte caras conocidas, tremendamente familiares, de pronto, en un video-clip, es una alegría. Y me han alegrado la mañana, confieso, de la manera más tonta.
El vídeo-clip contiene una serie de personajes enfrentados muy serios, en mitad de un ring. La imagen les hace girar. La canción de Los Secretos, "En este mundo raro", muy genuina, muy suya. Cada vez me gusta más, y está asociada de por vida con gente de mi familia. El video-clip me encanta, pero no soy objetiva, he de decir.
Además... alguien desde Twitter me ha confesado ser familiar directo de otra de las personas que aparecen en el video.
En este mundo raro, lleno de casualidades.


lunes, 19 de septiembre de 2011

Obras son amores.

Ayer fuimos a visitar a un enfermo. Obras son amores y no buenas razones. El lugar del crimen era el hospital donde murió mi padre hace unos años y le tengo tirria, odio, no lo puedo evitar. Al llegar al parking del mega hospital ya empiezo a encontrarme incómoda. Tomo aire y avanzo apretando las mandíbulas. Cuanto antes pase la tarde, mejor. Una cosa menos, mariposa. Subimos a la planta correspondiente y todo sigue igual. Igual de triste, igual de patético. Con aspecto de sucio, y eso que me cuentan que han remodelado la planta.

Nos encontramos con el enfermo, Santi, caminando por el pasillo agarrado a su goteo. Sonríe. Y me sorprendo. Me sorprendo muchísimo. Nos propone que vayamos a la zona de los ascensores a sentarnos en unas butacas. Y me llevan, sin saberlo ellos, al lugar dónde yo solía refugiarme para llorar la inminente muerte de mi padre. Miro las butacas con pánico y sigo pensando que la tarde pasará y yo saldré de allí.

Santi sigue sonriendo. Habla en un tono de voz pausado, animado. Lleva dos meses de infierno en el hospital. Tiene en el cuerpo varias operaciones para intentar que su estómago funcione. Hace ya dos meses que no puede probar bocado. Le dan algo de agua y manzanilla, un avance de los últimos días que Santi celebra con entusiasmo. Le alimentan por vía intravenosa con un líquido blanco reluciente. Para él, el día es eterno, no hay paradas técnicas para comer, para comer siquiera esa horrible bandeja de hospital que parece más bien alimento para rematar que para reconstituir. Sonríe, y habla animado: "Esto mejora día a día. Cada vez estoy más fuerte. Cuando menos lo espere, el médico me dejará beber zumo de fruta, y luego leche. Será un gran manjar." Y se ríe. Yo me sorprendo y le admiro. Y miro las butacas en que estamos sentados con horror, y me acuerdo de ese dolor en solitario viendo morir a mi padre sin poder hacer nada para remediarlo.

Una hora y media después salimos del hospital. Y respiro. Tendré que volver a él, seguro. No pienso dejar de visitar a Santi. Pero no me acostumbro.

Querido padre, cuánto te echo de menos.

jueves, 15 de septiembre de 2011

He intentado olvidarme de vosotras.

He intentado olvidarme de vosotras. No recordar que un día, una de vosotras me acusó de un delito y me cerró las puertas para siempre, sin discusión ni gaitas. Olvidar que vosotras, las otras, no volvistéis a llamar nunca más. No recordar que no he sido importante en ese grupo de quienes creía mis amigas. Olvidarme que fuistéis unas cobardes y que me humillastéis hasta un punto insospechado.
Y puedo perdonar, claro que sí, mi formación, y mi persona me lo permiten. Y probablemente lo haya hecho ya en cierto modo. Pero mi fin último es olvidarme de vosotras. Es decir, que vuestro recuerdo, si lo tengo en alguna ocasión, no me cause ni dolor, ni rabia, ni pena. Que no me cause nada. Espero conseguirlo un año de estos. Que tengáis una vida feliz.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Esas cosas.

El recibimiento de mi perrita al llegar a casa, como si no hubiera nada mejor en el mundo que yo.
La sonrisa de mi marido cuando le miro.
El canto del cuco al salir al campo por las mañanas.
El ligero sabor de un café de Colombia.
Un buen cine en grata compañía.
Una cena de amigos.
Ver una puesta de sol con una copita en la mano.
Navegar.
Recibir una llamada inesperada.
Contemplar un imponente cuadro.
Llevo media mañana intentando hacer una lista de cosas inmensamente agradables. Para contrarrestar la mierda que veo a mi alrededor. Y me salen muy pocas. La mente se aturulla. La negatividad no se convierte en positividad por sí sola, y no gana adeptos, no hay club de fans de la negatividad; y sin embargo abunda sobremanera por estos mundos de Dios. Qué contradictoria es la vida en ocasiones.

Veintitrés de 30. Round here.

martes, 13 de septiembre de 2011

Perdonar.

Acción complicada la de perdonar.
Mucho más que pedir perdón.
Dar marcha atrás. Recular.
Tirar a la basura el muro de acciones, palabras malsonantes.
Deshacer las ideas preconcebidas.
Desenfadarse, sin comer ajos.
Si la gente fuera consciente de lo bueno que es para la salud, habría muchos perdones por el mundo.
El resentimiento corroe el espíritu, mina el ánimo.
Nos quita unos milímetros de sonrisa.
Modifica el gesto, que ya no es tan amable, crea arrugas.
Envejece.
Despreciar a alguien de por vida es grotesco.
La vida es cortísima en minutos pero eternamente larga en desgracias, desmanes...
Se vive mucho mejor sonriendo, tratando bien a la gente.
Se vive mucho mejor estando en paz.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Tempus.

No hay mayor error que creerse en la verdad. Por muchas razones. El destino, entre otros, juega malas pasadas a los engreídos. A los que, en general, se creen superiores a otros. Debe ser que es malo tanta grandeza de espíritu y mente individuales. Además, todo es cuestión de paciencia. Si, al final del camino, nuestra verdad era LA VERDAD, el tiempo se encargará fehacientemente de mostrarlo. Bendito tiempo.

Opinar de distinta forma que quien nos replica enfrente es sano. Considerar que lo que opina el ínclito es una genuina gilipollez no es que sea insano, es que es del género tontil. Lo propio, por naturaleza o simple estadística, puede ser tan erróneo como propiamente cierto y veraz la opinión contraria. Y la base para que una opinión personal, por muy arraigada que se encuentre en nuestro soberano cuerpo, sea verdad universal es una falacia, y no posee fundamento.

Intentar amoldar, aunque sea imaginariamente, la opinión ajena a nuestro modus vivendi y comprobar que no nos sirve o convence empieza a ser inteligente. Comprender a la primera que existen otras vidas, otras mentes, tan valiosas como las de uno mismo es empezar a poder moverse por el mundo, socializar. Y volver la vista para comprobar la eficiencia del pensamiento ajeno es la supremacía. Un espacio reservado a pocos. Pocos, pocos.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

No somos nadie.

No somos nadie. Frase manida. Sin embargo, es bien imprescindible. Vuelvo del verano y me encuentro con sucesos imprevistos. Un ataque al corazón, una muerte súbita. Una amiga mía con su hija adolescente luchando contra un cáncer voraz. La misma muerte de mi madre, hace ya años, tan repentina como inoportuna. Acasos que transforman la vida de uno. Un día era alegre, al día siguiente impredecible.

No somos nadie. Y si somos, aprovechamos pobremente los momentos. Que alguien analice los "te quiero" que le faltan por decir suponiendo que mañana no se encuentre en este mundo. Tropecientos, podría poner la mano en el fuego.

Y el tiempo vuela. Y no somos nadie. Carpe diem, señores. Sonreir, besar, acoger, mimar, cuidar, proteger, educar, mostrar, abrazar, querer, conversar, acompañar, acompasar, pedir perdón, perdonar. Disfrutar. Dar cariño, esa mezcla española perfecta de amistad, amor y afecto.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Imbecilidad emocional.


Una, dos, tres, más de diez. ¡Sí, sí! He vuelto a hacerlo mal. Me pregunto si los de mi alrededor también hacen las cosas mal una y otra vez. O si soy simplemente imperfecta en términos humanos.

Bien sé que se aprende de la experiencia, más de los momentos malos, que tendemos a analizarlos paso a paso, sin clemencia, hurgando en la herida impulsivamente. Pues ni con esas. Aprendo, re-aprendo, medito, convierto una máxima en algo muy personal, aparece de nuevo la ocasión y, ¡zas! "Vamos, Elena, a hacer lo mismo de siempre, eso que te da tan buenísimos resultados..."

Es entonces cuando me pregunto por los diversos tipos de inteligencia del ser humano y me planteo seriamente que carezco por completo de alguno que ha debido pasarme desapercibido. O que no fuí a clase el día que lo enseñaron. O que hay un tipo de inteligencia emocional que mi cerebro no admite.

Puede que simplemente me encienda la situación en la que me veo encajonada y quiera hacerlo mal por molestar, por fastidiarme a mí mísma. El ser humano es único en hacerse aún más daño en una situación que le desfavorece o no le gusta. ¿Por qué? Porque sí, por venganza, por manifestarse, por protestar. ¿Y a quién se ataca? Pues a uno mismo, que está muy cerquita, muy a mano.

¿Que las circunstancias vienen mal dadas? Pues a comerse dos huevos fritos, que son los que peor me sientan... Imbecilidad emocional.