lunes, 20 de junio de 2011

Ese farolillo que alumbra.

Busca la luz. Siempre, siempre, busca la luz. Te dará protección, calor y alegría.
Es el símbolo de la vida eterna y terrena; y el hada que permite colocar las cosas en su sitio,
con claridad meridiana. 




Ha sido mucho tiempo de mi vida en que no podía dormir si no era con luz.
La oscuridad me parecía un grito evidente a la muerte, un asalto a la tristeza.
Amenazante, impropia, imponente.
Busco la luz, esa que todo lo llena y envuelve. 
Dónde lo más horripilante adquiere un halo de soportabilidad.
Busco la luz, es cuestión de supervivencia.
Ahuyenta los males del ser pensante, esos que tienden a las aserciones absolutas, derrotistas, concluyentes.
Admiro sinceramente a los secuestrados, a los internados en psiquiátricos, a los mineros.
Qué poquito somos sin Dios, sin sol, sin luz.

2 comentarios:

  1. Nunca lo habia visto de ese modo, por que me gusta la oscuridad. Aunque por lo que me cuentan, de pequeña no era asi. Cosas que pasan. Bss

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