jueves, 29 de septiembre de 2011

El gran objetivo.

Encontré un objetivo.
Un objetivo que merecía la pena.
Y lo sopesé.
Pros y contras, medios, ganas.
Pasos a dar.
Tiempo.
Lo ví asequible.
Para otros pudiera parecer todo un mundo, pero para mí era medianamente fácil.
Y me puse manos a la obra. Estoy a medio camino y puedo seguir con ello, tarde o temprano lo lograré, estoy convencida. Ahora es sólo cuestión de tiempo y de perseverar.
Creo que no hay nada tan estimulante y anti-depresivo en esta vida como un objetivo. Especialmente, cuando los pasos a dar hasta alcanzarlo son medibles desde el principio. Y se le añade ilusión, se mezcla con el tesón propio, dos tazas de alegría, una y media de empuje; y a ello, ¡al tajo!
Tengo otros objetivos, claro...
Que no se engañe nadie, el ser humano tiene muchos objetivos al tiempo, grandes y pequeños, en su ejecución es dónde encauza su vida, su salud mental.
Hacer, avanzar, caminar, mejorar, desarrollarse. Moverse en alguna dirección.
No soy una clara candidata a la depresión. Y no será por falta de desgracias.

2 comentarios:

  1. Me gusta pero.... Tu amiga la cotilla jodía feliz se pregunta ¿Y cual es ese objetivo? :)) Siempre tuya QBB de la moreria

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  2. Efectivamente, la vida ha de llenarse de objetivos. Alguno puede ser tu propuesta anterior, el wenrolling como objetivo para ir feliz por la vida y rodearte de felicidad, y otros objetivos son más concretos. Dan sentido a la vida. Enhorabuena por estas reflexiones tan positivas, a pesar de las desgracias :( Y gracias por compartirlo (tambien una buena terapia) Un besazo muy fuerte

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